¿Cómo “retener talento”? Sobre el trato

Mucho nos quejamos las empresas de lo difícil que es “retener talento” y de la rabia que da cuando “se marcha alguien a quien has dedicado mucho tiempo y dinero”.

Pero deberíamos dejar de llorar un rato y hacer una reflexión: ¿por qué se nos marcha la gente?

Sí, hay empresas que pueden llevarse gente a golpe de talonario. Y poco podemos hacer ahí. Los pequeños como Urlan Heat no podemos pagar los sueldazos que pagan en otros sitios. Por eso debemos echarle imaginación y ofrecer cosas que otros no pueden.

Yo no tengo la receta mágica para «retener talento» pero te puedo compartir algunos de mis trucos que se resumen en uno: hacer que la gente esté a gusto.

Así que en los próximos días iré compartiendo unos consejos que nadie me ha pedido de cómo se puede conseguir «retener talento».

Consejo #0: Son personas, no «talento»

Si ves a tu equipo como fichas de ajedrez que puedes manejar a tu antojo y se convierten en un activo al que llamas «talento» seguro que lo notarán. Y no les va a hacer sentir muy a gusto.

Recuerda, son personas, seres humanos con sus propia vidas, sus fobias y sus filias. No «talento». Y no son de tu propiedad.

Consejo #1: Trata a la gente como le gusta que le traten

Se suele decir mucho eso de «trata a la gente como te gustaría que te tratasen a tí«. No parece un mal consejo pero no se si de verdad es una buena idea. Recordemos que hay gente a la que le gusta que le claven chinchetas en el cuerpo y cosas así. Y, hasta donde yo se, eso no le gusta a todo el mundo.

Así que mejor averigua cómo le gusta a cada cual que se le trate e intenta hacerlo de esa manera. Siempre y cuando sea legal, moral y no engorde, claro.

El horario o las vacaciones son dos ejemplos. Puede que tú seas de los que les gusta echarse una buena siesta posprandial y pienses que es una idea fantástica imponer un descanso para tan digna y dichosa actividad. Pero habrá quien no tenga esa necesidad. Y puede que ni siquiera les guste.

En Urlan Heat hay quienes prefieren tener más meses de jornada intensiva y quienes prefieren meter más horas para disfrutar de más días de vacaciones. Así que cada cual tiene el horario que le resulta más cómodo. Por si te lo preguntas sí, es un pequeño infierno la gestión de los horarios.

Habrá quien prefiera hablar mucho con el resto. Pero otros preferirán estar más a su aire. No impongas la cháchara obligatoria ni la ley del silencio.

Habrá quien prefiera hacer descansos habituales. Pero otros preferirán no despegar el culo de la silla. No impongas técnicas «pomodoro» ni similares.

Habrá quienes prefieran usar el editor de texto X. Pero otros lo aborrecerán. No impongas herramientas (salvo las de uso común, claro).

Y hasta aquí mi consejo innecesario del día. El próximo día hablaré de cómo hacerles sentir parte del equipo.

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