API son las siglas de Application Programming Interface.
Vale ¿y eso qué narices quiere decir?
Bueno, pues imagina que tienes una biblioteca.
Quieres que la gente pueda consultar tus libros. Pero no te gusta que vengan con las manos llenas de mermelada y los manchen.
Tampoco quieres que venga un listo y se lleve un montón de libros.
Así que contratas a Anselmo Pérez Iturrigorri para poner orden. Casualmente sus iniciales son API, pero, insisto, es casualidad.
Si alguien quiere acceder a algún libro tiene que pedirselo a él.
Se encarga de controlar que no se cuele nadie para robar, revisa que tengan el carnet de la biblioteca válido, entrega libros y los recoge.
Y si alguien intenta colarse Anselmo le quita las ganas con un buen puñetazo en la cara.
Sí, Anselmo es un poco violento.
Anselmo es la API de tu biblioteca.
Y ahora el rollo técnico
En informática una API hace lo mismo que Anselmo, es un software que se encarga de controlar el acceso a la información de un sistema.
Por ejemplo, apps como Twitter (perdón, X), TikTok, Linkdein, etc. acceden a listado de publicaciones a través de una API.
Estas API se encargan de, entre otras cosas:
- Controlar que solo tú puedas acceder a tu perfil,
- Mostrarte las publicaciones relevantes para tí. O mejor dicho, publicaciones para engancharte el mayor tiempo posible.
- Controlar tus publicaciones, likes, lo que compartes, etc.
Cada día usas montones de APIs sin darte cuenta.
Y para acabar
En tu negocio podría ser interesante crear una API para que otros usen tu datos (pagando, claro). Si quieres más información contacta con nosotros.