Hace años perdí bastante tiempo con un videojuego en el que, cuando ibas a hacer algo muy absurdo, el protagonista te miraba y preguntaba ¿y pa’ qué? Tiempo más tarde descubrí que esta sencilla pregunta tiene mucha utilidad tanto en la vida como en los negocios.
Cuando me reúno con un cliente por primera vez suelen contarme sus planes para aplicar cierta tecnología en sus empresas o me dicen que necesitan un software que haga una determinada tarea.
Entonces es cuando lanzo la fatídica pregunta: ¿Y pa’ qué? Es en ese momento cuando reflexionan y, muchas veces, se dan cuenta de que no se lo habían planteado. Habían pensado en la solución porque alguien les había hablado del éxito que había tenido aplicándola. Pero no habían pensado en el problema que querían resolver.
Así que yo les pido que se olviden de tecnologías, nada de webs, ni de aplicaciones móviles, ni sensores, ni rayos láser, ni drones, ni IoT ni ninguna de esas cosas tan molonas. Que me cuenten qué es lo que quieren hacer de verdad yqué ventaja esperan ganar para sus negocios (o para ellos): ¿más dinero? ¿más clientes? ¿ahorro de costes? ¿jubilarse antes? ¿pasar más tiempo con la familia?
Insisto, esto vale tanto para los negocios como para la vida. Siempre andamos con prisas como pollos sin cabeza y no sabemos si vamos o venimos. De vez en cuando deberías parar y preguntarte ¿Y pa’ qué? Te sorprenderás de la cantidad de cosas que haces sin ningún sentido.
¿Qué quieres conseguir?
Un día vas por la carretera, te has perdido, no tienes ni idea de por dónde está el camino, el móvil está sin cobertura ¡y llegas tarde! Así que pisas a fondo el acelerador. No vas suficientemente rápido. Entonces se te ocurre ¡Necesito un Ferrari! Pero el coche tiene que moverse por las carreteras ¡Un helicóptero! Con eso no tendré que preocuparme de montañas ni de curvas. Aún así no es suficiente. ¡Un teletransporte! Así podré cambiar de lugar rápidamente hasta encontrar el sitio correcto.
Espera, espera ¿y pa’ qué? ¿Cuál es el problema? ¿La velocidad del vehículo? ¡No! ¡Te has perdido! ¿Y si paras y preguntas a alguien? ¿O te compras uno de esos antiguos mapas que ya nadie usa? No necesitas un vehículo mejor, necesitas saber dónde estás. La velocidad solo te llevará más rápido a un sitio que, seguro, es el sitio equivocado.
NOTA: Claro está, si tienes una banda de payasos moteros asesinos del futuro persiguiéndote lo de parar igual no es una buena opción.
Primero piensa en necesidades y problemas, no en soluciones
Primero piensa en lo que quieres conseguir, identifica los problemas. Ya habrá tiempo después para buscar la mejor solución.
Seguramente habrás oído de la tecnología RFID. Después de visitar algún almacén donde la usan seguro que te emocionas y piensas ¡Necesito eso para controlar mi almacén! ¿Seguro? Puede que tu necesidad sea, «Saber en todo momento qué stock tengo en el almacén sin tener que hacer inventarios constantemente y evitar que mi personal tenga que ir buscando los artículos en distintos sitios por el caos que hay». Los chips RFID serán una posible solución a tu necesidad, pero no son la necesidad. Puede que incluso no necesites nada de tecnología, quizá solo un poco de orden… o poner a Paco, ese que tiene cara de bruto, en el almacén para que ponga disciplina. Así que ¿quieres unos chips RFID… ¿y pa’ qué?
Así que si piensas que necesitas algo pregúntate…